miércoles, 18 de agosto de 2010

Cuando pensar agota y dejar de hacerlo reconforta

12:00 De la noche de un día cualquiera, de cualquier lugar cuando las pupilas se rinden al día y al cansancio, para dejarle paso a las vueltas que dan las ideas en la cabeza y así tener algo de tiempo para poder organizarlas entre sí.

Dicen que las mejores charlas del día son con la almohada y probablemente así sea ya que ella no te va a decir nada que no quieras ni te mirara con mala cara. Entonces es cuando te planteas nuevas metas, nuevas ideas, nuevos logros que te autoestiman y te convences a ti mismo de tener que hacerlos para así lograr la felicidad que te rodea. Estos objetivos generalmente son quimeras pues cuando te levantes al día siguiente o bien los has olvidado o has querido olvidarlos ya que no tienes fuerzas ni valor de poder demostrarlos en tu día a día.

Por eso mismo pienso que los sueños se quedan con la almohada y si estos los cumples fuera de la atmosfera de la nórdica pasan de ser sueños a ser hechos y estos al final y al cabo junto a los pequeños detalles son los que marcan una sonrisa en cada gesto.

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